Los muebles forman parte de la vida cotidiana de las personas. Un mueble puede resultar una importante pieza para la comodidad dentro del hogar, pero también puede resultar imprescindible en comercios y oficinas. Esto no sólo por la función utilitaria que cumplen, sino también por la estética que puedan tener.
Un bello mueble puede integrarse dentro de las viviendas y ser útil pero también decorativo. Este principio también se aplica en otros ámbitos. Precisamente aquí es donde entra en juego el ebanista.
Los ebanistas son especialistas en crear muebles de manera artesanal, utilizando materias primas de la mayor calidad.
A estos profesionales se les conoce también como los artistas de la madera, para reconocer el esfuerzo y dedicación que otorgan a cada pieza que sale de sus talleres.
A diferencia de los muebles industrializados, un mueble realizado por un ebanista es una pieza única, fruto de la creatividad de cada ebanista.
Para acuñar una definición a la ebanistería, podríamos decir que se trata de una especialización de la carpintería basada en la construcción de muebles.
El término proviene de la madera de ébano. Esta especial madera, negra en el centro y blanca en la corteza, procede de un árbol de origen africano y es considerada preciosa desde la antigüedad.
Un ebanista es capaz de producir muebles más elaborados, sirviéndose de técnicas como el torneado, la taracea y la marquetería, entre otras. Los ebanistas deben contar tanto con amplios conocimientos de carpintería como de geometría para realizar el correcto trazado de los muebles.
La parte artística del oficio aflora cuando se le da rienda suelta al diseño del mueble. Desde los más tradicionales muebles hasta el diseño de mobiliario de vanguardia, adaptado a las tendencias de la moda.
La materia prima es una de las protagonistas dentro del trabajo de los ebanistas. Las diferentes maderas finas adquieren mayor importancia de acuerdo al diseño y gracias al delicado trabajo del ebanista, adquieren mayor esplendor.
De acuerdo con el tipo de mueble que se quiera realizar, el ebanista escoge la madera más apropiada.
El roble es elegido en muchas ocasiones para fabricar mobiliario, tanto en madera maciza como en rechapado. Al ser una madera pesada, fuerte y de grano fino, admite un buen pulimento, al igual que el nogal.
La haya, el pino y el iroko también son muy usadas por estos artistas de la madera. Pero también tienen su sitio de honor en el taller del ebanista maderas como el almendro, abeto, acebo, castaño, cerezo y ciprés. Las de manzano, olivo, peral, tejo y chopo son capaces de dar muebles de hermosa apariencia.
Hay que añadir también las maderas conocidas como exóticas. Hablamos del amaranto, la caoba, el palo de Cayena, el ébano, el palo santo, el palo de rosa, el sándalo, el arce de América y el limonero.
Son maderas de gran finura, que pueden pulimentarse perfectamente. Sus vetas destacan por la variedad de colores que poseen, que otorgan a los muebles un carácter especial.
En cuanto a las herramientas del ebanista, estas suelen ser las mismas del carpintero. La diferencia es que las del ebanista son un tanto más finas, para tratar maderas más delicadas. También pueden utilizar piedra pómez, esmeril y papel de lija.
Hay que apuntar que la tecnología también ha realizado sus aportes en este oficio. Si bien las maderas naturales son las más tradicionales en su uso por los ebanistas, hay una gran variedad de nuevos materiales como los fenólicos, las melaminas y otros. Por su gran resistencia y agradable apariencia han ganado adeptos en su uso.
El término ebanista fue acuñado en Francia en el siglo XVII. Allí, un ébéniste era diferente del menuisier o carpintero. Los primeros documentos en los que figura la palabra datan de 1657.
En ese momento, la principal diferencia entre un ebanista y un carpintero venía dada por el tipo de piezas que realizaba cada uno.
El carpintero se dedicaba a realizar piezas de madera corriente, mientras que el ebanista realizaba muebles chapeados, principalmente en madera de ébano. Esta madera era sumamente cara y difícil de conseguir.
Pasado algún tiempo, el ébano pasó a sustituirse por otras maderas, que se teñían para dar aspectos más elaborados. Pero el nombre de ebanista perduró como el que elabora muebles con maderas valiosas y con técnicas que aún hoy en día se utilizan.
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